Nació en la Ciudad de México y creció con su abuela paterna. A los 4 años perdió a su abuelita y quedó al cuidado de su madrina de pila hasta los 9 años. Con 10 años comenzó a trabajar cuidando niños de 2, 3 y 5 años.
Pasó una niñez muy dura, ya que su madre los abandonó y su padre siempre estuvo ausente. Siempre vivió de casa en casa, buscando quién pudiera cuidarla. Quiso hacer su primera comunión porque veía a las niñas vestidas de blanco, aunque nunca asistió a la iglesia o a una ceremonia.
Durante su adolescencia y juventud, Pilar fue muy trabajadora. A los 14 años seguía cuidando niños y limpiando casas. A los 23 años se mudó a Texas para cuidar a una señora mayor. Tiempo después regresó a Tijuana y trabajó para una familia que le dio mucho amor y la hizo sentir parte de ellos.